Buenos Aires, 15 de enero de 2016
Querido Hijo:
Hoy se cumplen 6
años y me sigue costando.
Hoy se cumplen 6
años y cuando intento escribirte algo se me hace muy difícil. Difícil porque
las lagrimas no me dejan ver y difícil porque el dolor es muy grande. Algunas
veces pasan muchos días sin que me acuerde de vos y por ahí, de repente, sin
entender muy bien por qué, aparecés. Algún recuerdo, una sensación, un reflejo.
Y el dolor vuelve a ser el mismo, la sensación de vacío, el sentimiento de
irrealidad, de pensar “esto no puede ser verdad... se va a solucionar... yo
estoy entendiendo mal” para al final caer en la cuenta de que eso era verdad,
que no se solucionaría y que no estaba entendiendo mal.
A veces tengo
miedo porque me pregunto si esto que me pasa es normal. No puede ser que todavía me duela tanto tu ida. Ni siquiera te
conocí, no llegué a verte, no sé cómo eras y sin embargo la tristeza es tan
profunda.
A veces tengo
miedo de nunca poder dejarte atrás, y ser injusto con tus hermanas, y hacerle
pagar a ellas mi tristeza.
A veces tengo
miedo de dejarte atrás. Tengo miedo de que el dolor se vaya y con el tiempo
olvidarme de que exististe y que pasaste por este mundo.
Tiempo después
que te fuiste también se fue Gerardo. No creo en muchas cosas y no sé en qué
lugar te encontrarás ahora, pero dónde sea que estés espero que se hayan
encontrado. Espero que él te esté cuidando (y que vos lo cuides a él). Te
quería contar que Gerardo, sin saberlo, me enseñó lo importante de no olvidarte
pero también me enseñó que no puedo descuidar a los que quedan. Tenés 2
hermanas maravillosas que han logrado hacer de mi vida un lugar mucho más
luminoso y tenés una mamá que te quiere y las quiere mas que a nadie. Por ellos
y por vos yo tengo que ser fuerte aunque a veces me cueste un poco.
No sé cómo
despedirme, porque quisiera no tener que hacerlo. Sólo te voy a decir que
siempre vas a estar en mi corazón.
Te quiero mucho.
Papá